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Lecciones aprendidas del vertido de pellets

Han pasado dos meses desde el vertido de pellets en costas españolas y, mientras se siguen llevando a cabo las labores de limpieza, las consecuencias legales y el impacto en la normativa internacional son objeto de debate en el sector del transporte marítimo.

El reciente vertido de pellets ha puesto de manifiesto la compleja regulación del transporte de este tipo de productos que, sin ser peligrosos, sí pueden suponer un grave perjuicio para el medioambiente en caso de accidente. Como explicamos en un reciente artículo, su uso es transversal y esencial en la economía global, al ser clave en multitud de sectores estratégicos, por lo que es preciso regular su uso y logística para adecuarlos a los estándares de sostenibilidad que exigen la actual industria.

En la actualidad, informar del vertido de este tipo de materiales al mar ni siquiera es obligatorio en aguas internacionales, por lo que organismos competentes barajan desde hace tiempo la posibilidad de cambiar su calificación. En el caso de España, tanto los capitanes de buques nacionales como extranjeros tienen la obligación de “notificar sin demora a la Administración Marítima española y a la autoridad competente del Estado ribereño más próximos todo evento de contaminación por hidrocarburos o por sustancias nocivas o potencialmente peligrosas de los que tengan conocimiento durante la navegación”.

Medidas contra la contaminación

Aunque las medidas de seguridad y control en el transporte de cargas masivas son objeto de estudio y preocupación por los principales organismos internacionales, las cifras de vertidos en el océano siguen sucediéndose sin grandes consecuencias penales para los responsables, afectando de forma alarmante a la flora y fauna del planeta. Por ese motivo, la Organización Marítima Internacional (OMI) comenzó a abordar este problema en 2021, tras uno de los peores vertidos registrados hasta el momento, ocurrido en mayo de ese mismo año en Sri Lanka, tras el incendio del buque X-Press Pearl. En aquel entonces, la carga compuesta por granza de diversos polímeros de 422 contenedores acabó diseminada en cientos de kilómetros de mar, incluyendo aquellos quemados y fundidos por el fuego, con un impacto ambiental aún incalculable.

Desde entonces, la OMI, comandada por el Subcomité de Prevención y Respuesta a la Contaminación (PPR), está discutiendo la opción de clasificar los pellets como carga peligrosa sujeta al Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas. Esto afectaría tanto a las medidas de seguridad como a los procedimientos a seguir tras un vertido.

Hasta entonces, la Organización ha publicado una serie de recomendaciones a seguir por los transportistas, que incluyen:

  • Notificación armonizada por parte de los transportistas y operadores marítimos, que exija la declaración obligatoria de cualquier pérdida de un contenedor de carga.
  • Uso de embalajes adecuados para resistir golpes y presión de carga.
  • Consideración cuidadosa de la ubicación del contenedor de pellets de plástico dentro del barco para minimizar los riesgos para el medio marino, sin perjudicar la seguridad del barco y de las personas a bordo.

Esta armonización de las pautas a seguir es compartida por la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), que tras ser consultados por este medio afirmaron que, “dado el carácter intrínsecamente internacional del transporte marítimo, sería impracticable que cada país tuviese sus propias normas” sobre ciertas materias. Señalan que “la mar es un medio hostil y el transporte marítimo entraña siempre cierto grado de riesgo” imposible de eliminar por completo, pero que, junto a la OMI, se adecúan a las normas de seguridad que afectan a los principales implicados en la travesía y que permiten al transporte marítimo ser “reconocido como el medio de transporte más seguro, sostenible y respetuoso con el medioambiente”:

  • Buque: Proyecto, construcción, mantenimiento y reciclaje.
  • Tripulación: Formación, régimen de guardias y descansos.
  • Operación: Seguridad en el transporte y operaciones con las cargas, así como organización de la gestión de la empresa naviera.

Otras iniciativas relevantes

Desde la Comisión Europea se han puesto en marcha una serie de iniciativas reglamentarias para hacer frente a la contaminación de plásticos en el medio marino, incluyendo una propuesta normativa para prevenir la fuga de pellets. Estas medidas preventivas están muy alineadas con la iniciativa internacional Operation Clean Sweep (OCS), un programa voluntario para la gestión responsable de granza, que fomenta las buenas prácticas de limpieza y control.

Los principales requisitos propuestos por este proyecto son:

  • Mejores prácticas de manipulación de pellets para los operadores económicos.
  • Certificación obligatoria para las empresas más grandes.
  • Requisito menos estricto para micro y pequeñas empresas (que manejen menos de 1000 toneladas).
  • Metodología armonizada para la estimación de las pérdidas.

En la actualidad y a pesar de las diligencias abiertas por la Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado a comienzos de 2024, la empresa naviera responsable del vertido en costas españolas solo está obligada a asumir el coste de la limpieza. “A nivel nacional nos guiamos por la Ley de Navegación Marítima, hablando desde el punto de responsabilidad civil, por daños o contaminación al medio marino. Tendríamos la Ley de Navegación Marítima, donde los artículos 385 y 386 establecen la obligación del armador o del titular de uso de explotación del buque a indemnizar por los daños que generen por contaminación. Es una responsabilidad objetiva”, afirma Julia Rubiales, experta en derecho marítimo.

En disposición a este proceso habitual, solo cabe extraer algunos aprendizajes prácticos del desastre natural: “Quizás hubiera hecho falta una mayor coordinación entre organismos autonómicos y nacionales porque sí que hemos visto aquí que había un poco de disputa entre quién debía actuar en cada caso o no, y yo creo que el tema de la coordinación sí que sigue siendo algo en lo que seguir trabajando”, concluye.

 

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