Cuando una industria comienza su actividad, debe cumplir con ciertos niveles de seguridad establecidos por la administración pública a través de una licencia de actividad. Esta licencia se justifica mediante un proyecto que define unos niveles mínimos de seguridad de acuerdo con la normativa vigente para llevar a cabo su actividad.
Estos niveles de seguridad dependen, esencialmente, de los siguientes aspectos:
- Actividad desarrollada
- Características del establecimiento y su entorno.
- Riesgo inherente de la actividad, evaluando la peligrosidad y la densidad de carga al fuego de los materiales utilizados.
- Superficie destinada a la actividad.
A lo largo del tiempo, las normativas y reglamentos van evolucionando como resultado de lecciones aprendidas de incidentes pasados y el desarrollo de sistemas más avanzados, lo que contribuye a mejorar las pautas establecidas en seguridad. Así, para una misma actividad, hoy en día se pueden requerir niveles de seguridad diferentes en comparación con las licencias otorgadas en años anteriores. Sin mencionar que dichos niveles pueden variar según la ubicación geográfica de la industria, debido a la aplicación de normativas locales o nacionales.
Cuando los clientes reciben un informe con medidas de mejora a partir de una inspección por parte de la aseguradora, esto puede generarles confusión, ya que estos no comprenden por qué la aseguradora les emite un informe con medidas de mejora, con recomendaciones, cuando cumplen con toda la normativa exigida para el desarrollo de su actividad. En este articulo queremos tratar de dar respuesta a esa pregunta.
Las aseguradoras, como parte de nuestra labor en cada visita de inspección, nos enfocamos en asesorar o aconsejar a los clientes siguiendo las mejores pautas de seguridad reconocidas en el sector, basadas en estándares internacionales y buenas prácticas aceptadas en la industria. Utilizamos todo el conocimiento disponible, por lo que las recomendaciones no están vinculadas necesariamente a la normativa nacional, ni se limitan por la ubicación geográfica. Dichas menciones se presentan al cliente a través de un plan de mejoras, cuyo objetivo es fomentar la excelencia en la gestión de los riesgos de su industria, más allá de cumplir con los requerimientos por su actividad.
Construcción/Protección pasiva
El tipo de construcción de una industria es crucial para evaluar su riesgo, y se diferencian tres aspectos importantes: estabilidad al fuego de los elementos estructurales, comportamiento al fuego de los productos utilizados (cómo reaccionan al fuego) y sectorización contra incendios.
Al inicio de su actividad, toda industria debe garantizar un grado mínimo de estabilidad al fuego de la estructura portante, esta se garantiza mediante el recubrimiento del acero en estructuras de hormigón armado o mediante encapsulamiento -o proyectado- en estructuras metálicas. Si bien, cuando se inicia la actividad, este aspecto se garantiza completamente, con el paso del tiempo no siempre es así; quedando expuestas armaduras en estructuras de hormigón armado o estructuras metálicas. Estas situaciones son comunes ya que las instalaciones están en constante uso y están expuestas a golpes fortuitos de vehículos y maquinaría o a modificaciones que no quedan adecuadamente rematadas.
Por todo ello, resulta también de vital importancia conocer los riesgos asociados a los materiales de construcción a emplearse. Así como es conocido que los revestimientos de madera son combustibles, no es tan conocido que la utilización de paneles sándwich con núcleo de poliestireno expandido (EPS) también lo son; pueden ser aún más peligrosos. Como dato, el EPS tiene un punto de combustión más bajo (100-120ºC) en comparación con la madera (270-280ºC), lo que implica que el EPS genera vapores combustibles (se quema) a menor temperatura que la madera. Además, es importante conocer la clasificación de reacción al fuego de los productos que se instalan o aplican, ya que una mala clasificación en opacidad de humo o en caída de gotas hace que algunos materiales generan humo más opaco y partículas inflamadas en caso de incendio, lo que ayuda a la propagación en caso de incendio.
Por otro lado, con el objetivo de retardar o detener un incendio, los establecimientos se dividen en sectores de incendios. Estos sectores se crean en base a la carga al fuego de la actividad, es decir, en función del grado de resistencia al fuego de las envolventes y de la superficie máxima para crear obstáculos que ralenticen la propagación del fuego. Sin embargo, es común encontrar que estos paramentos no garantizan la resistencia al fuego para la que fueron diseñados, debido a huecos y pasos no sellados, o puertas cortafuegos que no cierran adecuadamente. Es esencial conocer la distribución de estos sectores en cada industria y tomar las precauciones necesarias al realizar modificaciones para garantizar que se mantengan los niveles de protección esenciales.
Protección contra incendios
Las instalaciones de protección contra incendios se definen para cada actividad en función del tipo de establecimiento, carga al fuego y superficie; y lo hacen mediante un proyecto de licencia de actividad que establece unas medidas de protección iniciales.
Generalmente, las industrias evolucionan, cambian y se adaptan constantemente para seguir siendo competitivas. Por lo que no es extraño que realicen modificaciones para adaptarse a sus nuevas necesidades, dejando de lado, desgraciadamente en muchas ocasiones, las instalaciones de protección contra incendios.
Gran parte del tiempo empleado en nuestras inspecciones son para evaluar si las medidas de protección contra incendios son adecuadas para el riesgo a proteger. Un caso común que nos encontramos es el de almacenamientos en áreas contempladas originalmente para otros fines. En algún momento áreas de producción se convirtieron en zonas de almacenaje, considerándose solo la practicidad del sitio y no la función que tiene para la prevención de riesgos.
Esto es sumamente relevante; para ilustrar con un ejemplo, en una fábrica de madera, una zona de proceso con cobertura de rociadores puede estar perfectamente protegida con una densidad de agua de 5 l/min. Sin embargo, si parte de esta misma área se destina a almacenar, podría requerir una densidad de hasta 12,5 l/min (considerando estantes sólidos para almacenamiento hasta 5 m de altura), es decir, más del doble del agua inicialmente prevista. Y la altura de almacenamiento también afecta a niveles de protección; en esta misma industria, suponiendo la protección con rociadores para almacenamiento con palets autoportantes diseñados para una altura máxima de 3,4m (densidad de agua de 7,5l/min), unas 2-3 alturas de palets, un aumento de almacenamiento a una cuarta altura aumentaría la densidad de agua requerida hasta los 12,5 l/min, un incremento del 66%.
En este sentido, sería importante recalcar, que la idea de estar protegido al disponer de instalación de rociadores no es siempre correcta. Para los dos casos vistos, los requerimientos de agua son bastante superiores para la instalación de rociadores que inicialmente se diseñó, donde no se contemplaron las nuevas necesidades de almacenamiento de la industria. Sin embargo, la instalación de extinción automática por agua mediante rociadores, ni su grupo de abastecimiento, suelen adaptarse a estas nuevas necesidades de la industria.
Prevención
Al inicio de la actividad las exigencias normativas requieren de procedimientos de prevención de riesgos claros, detallados y bien ejecutados para garantizar la seguridad. Estos procedimientos están basados en regulaciones locales y suelen enfocarse principalmente en la prevención de riesgos laborales ofreciendo menos detalle sobre otros aspectos importantes con respecto a estándares internacionales.
Esto es especialmente evidente en el ámbito de protección contra incendios, donde las inspecciones, pruebas y mantenimientos demandan rutinas y alcances más amplios para asegurar el funcionamiento óptimo de los sistemas y prevenir fallas críticas. Un claro ejemplo de esta situación es la prueba de curva de presión-caudal del grupo contra incendios. Se trata de una prueba periódica que evalúa que el rendimiento es adecuado de acuerdo con las características nominales. Esta es una práctica básica, establecida en normativas en muchos países y normativas internacionales, pero, sin embargo, no es de obligado cumplimiento en varios países de Latinoamérica. La razón de que insistamos con esta recomendación radica en que estas pruebas permiten evaluar el rendimiento de los equipos en puntos clave, para detectar desviaciones y determinar los ajustes o el mantenimiento necesarios que garanticen su fiabilidad.
Bajo esta misma línea, otro escenario habitual es la falta de implementación de un procedimiento de gestión de puesta fuera de servicio de los sistemas contra incendios, cuya importancia radica en supervisar la desconexión segura de los sistemas de protección e implementar medidas de seguridad alternativas para el control o mitigación de un potencial incendio donde los sistemas contra incendios no funcionen correctamente.
Ambos casos presentados ilustran claramente la diversidad de exigencias normativas a las industrias, las cuales no siempre establecen prácticas consideradas como básicas de prevención. Estas medidas, aunque recomendadas en numerosos estándares de reconocido prestigio, no son obligatorias para ciertos países.
En el ámbito asegurador, utilizamos estos estándares como base de nuestras recomendaciones, con el objetivo de informar a los clientes sobre prácticas de prevención que mejoren los niveles de seguridad en sus industrias.
Emergencias
La gestión de emergencias de las industrias se detalla en el plan de autoprotección. Este plan incluye el análisis y evaluación de los riesgos, así como los escenarios que podrían verse afectados por una emergencia. También define los recursos disponibles, las acciones detalladas de prevención, alarma, evacuación y socorro. Además, se especifica cómo mantener la eficacia del plan, su implementación, simulacros y actualización.
Durante las inspecciones de riesgos, a menudo encontramos que el plan de autoprotección no está completamente actualizado ni correctamente implementado. Tras revisar el plan con el cliente, observamos que los equipos han cambiado o que nuevas instalaciones y reformas no han sido incluidas en el plan. Sin embargo, por lo general sí se realizan simulacros de evacuación periódicos dirigidos por el equipo de emergencias y ejecutados por el equipo de evacuación.
A pesar de esto, notamos que no se llevan a cabo formaciones teóricas ni prácticas sobre el manejo de equipos contra incendios. Estas formaciones son esenciales para que el personal esté preparado para usar los medios contra incendios de manera efectiva en caso de emergencia. La clave para enfrentarse a un incendio con éxito es actuar durante su fase incipiente, antes de que empiece a crecer, lo cual puede tomar solo unos minutos. Un equipo de intervención adecuadamente formado incrementa significativamente las posibilidades de éxito.
En este contexto, evaluamos el contenido de las formaciones, que generalmente no incluyen prácticas reales de uso de medios contra incendios. Estas prácticas son esenciales para que el personal de intervención pueda combatir incendios de manera exitosa en sus etapas iniciales, antes de que la situación se vuelva incontrolable y peligrosa con los medios existentes en la industria. Además, es conveniente contactar con los equipos de emergencia cercanos, como los bomberos, e invitarlos a los simulacros para que conozcan las instalaciones. Esta acción es muy importante en caso de emergencia.
En conclusión, creemos que es fundamental explicar que hay diversos aspectos en los que las condiciones preceptivas establecidas en los proyectos de licencia de actividad quedan desactualizadas o no son suficientes, o se generan nuevas necesidades por otros motivos. Nuestro objetivo es asesorar a nuestros clientes para que comprendan, identifiquen, mitiguen y protejan de manera más efectiva sus industrias, siempre bajo la premisa de que estas recomendaciones no tienen carácter obligatorio, pero que están orientadas a la excelencia de las prácticas de la industria.
